Foto: C.C. |
Lo más gracioso es que nada de esto tiene que ver con la realidad. La cuestión es que así celebran su fiesta de fin de curso. En vez de montarse un juergón tipo alfa beta pi americano o irse de botellón ibérico estas jovencitas se visten de... ¿doncellas? se colocan unos pompones imposibles en la cabeza (hay tiendas especializadas, lo juro) y a pasear por la city cual Carrie Bradshaw por Nueva York, salvando las distancias claro...
Así que como veis tuvimos que datar y documentar a las susodichas para poder acreditarlo, de ahí la pose turistera de C.C. (la europea de amarillo) en la foto.
Otro día os hablaré de Vladivostock y de cómo un puente puede cambiar la imagen de una ciudad.
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